miércoles, 9 de febrero de 2011


¿Cómo te sientes después de enterarte de eso?
¿Engañada?
¿Celosa?
¿Frustrada?

Sí... Frutrada... Bendita sea la frustración y su "Aaaarg, si yo estuviera ahí...". La frutración de saber que es algo que va a paras quieras o no, de saber que no puedes hacer nada. Has jurado muchas veces que no te rendirías, que lucharías hasta el final, por muy dificil que fuera la batalla... Pero nadie te ha avisado de que había una batalla.
Feliz en tu ignorancia te has dado cuenta demasiado tarde, la batalla ya ha empezado, y tú no estás dentro. Por mucho que quieras defender lo que es tuyo, sabes que no puedes. Sabes que estás fuera.
Y una y otra vez maldices ese cúmulo de casualidades que te han puesto donde estás, y no donde desearías estar. Ese cúmulo de casualidades por las que empezó todo, y por las que puede acabar todo. Odias las casualidades.

Lo peor de todo, es que lo comprendes. Desearías poderte dejar llevar por la rabia, por la envidia que te corroe por dentro. Desearías ser egoista, ser tramposa, ser normal. Pero no puedes. Sabes que eres diferente al resto del mundo, que ves cosas que los demás no pueden ver. Sabes que tus ideas van por delante de tus sentimientos. Sabes que respetaras tus principios. Aunque eso suponga joderte a ti misma.
Eso es lo peor. Hay un comflicto dentro de ti, entre lo que eres y lo que quieres ser. Llevas años construyéndote, creando una persona nueva, creandote a ti. Te has obligado a ser valiente, a ser fuerte. Te has endurecido y te has vuelto fria. Te has obligado a no ser celosa, a ser atrevida... Te has obligado a ser sincera, y a pedir sinceridad. Todo el mundo conoce esa faceta tuya, porque es la que te esfuerzas en proyectar. La cosa es, ¿cuanto de eso es real?

Dentro de ti aun sigue esa chiquilla asustada. La que prefiere no saberlo, la que era más feliz antes. Está tu parte egoista, la que quiere hacer trampar para no perder lo que quiere, aunque sepa que es injusto. Dentro de ti aun te quema la envidia, pero no dejas que nadie lo sepa. aun tienes miedo, aun quieres esconderte, aun quieres ser dulce... Pero no puedes. Ya no lo haces conscientemente, simplemente te has convencido a ti misma de que debes ser así. Pero ya no sabes si lo que eres es real o es una más de tus mentiras.

Y aquí está el comflicto entre las dos partes. Una parte de ti dice que quiere sinceridad, que lo entiende, que no es justo que prohiba nada, que prefiere dar tiempo para pensar... Pero no. No es así. Porque una vez dichas esas palabras que quedan tan bonitas, solo queda su significado. Y su significado no te gusta. Lo dices porque es lo que quieres aparenta, pero por dentro te rompes solo de pensarlo.

Y ya no sabes lo que quieres. Ya no sabes como ser tu misma. Ya no sabes quién eres. Ya no tienes nada.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Chop, chop, chop...



Life is like photography...
You develop from the negatives.